EL PRESIDENTE LASSO ENFRENTÓ UN JUICIO POLÍTICO QUE CARECE DE PRUEBAS, TESTIGOS Y ARGUMENTOS
Quito, Ecuador. El Presidente de la República, Guillermo Lasso, enfrentó hoy las acusaciones sin fundamentos de la oposición en el Pleno de la Asamblea Nacional, dentro del juicio político en su contra. En su comparecencia, el Mandatario dejó en claro que cuando las pruebas de su inocencia se vuelven evidentes e irrefutables, los acusadores vulneran el debido proceso y defienden este procedimiento con la mentira más trillada: “esto es político”.
Ecuador exige soluciones a sus problemas cotidianos. Por esa razón, Lasso insistió en que es momento de poner fin a una irracional confrontación que ahora “agota la paciencia de la población, que incrementa el desasosiego y debilita nuestra democracia”.
El señalamiento de una posible responsabilidad política del Presidente Lasso, en relación a un presunto delito de peculado por el contrato de la Empresa Pública Flota Petrolera Ecuatoriana (Flopec) con Amazonas Tanker Pool, carece de prolijidad, pruebas y testigos. Lasso en su intervención insistió en los argumentos que desmontan la falacia del juicio:
1.Es un proceso que transcurrió entre 2018 y 2020, antes de que asumiera la Presidencia de la República.
2.No hay contrato ni adenda firmados en este Gobierno.
3.No hay recomendaciones de la Contraloría General del Estado para terminar dicho contrato.
4.No hubo determinación de indicios de responsabilidad penal.
5.Las reglas no fueron definidas por el Mandatario.
6.El Jefe de Estado puso en conocimiento de la Fiscalía el expediente de Flopec.
7.El testigo principal del caso nunca apareció.
Los señalamientos de los interpelantes no tienen base jurídica ni moral. Y en ese sentido, el Presidente Lasso dijo que los asambleístas que propiciaron el juicio político crearon una situación ficticia que no resuelve los problemas del pueblo. Por ello, dio un mensaje a sus acusadores: “¡Yo los acuso a ustedes! Los acuso de haber abandonado su rol de legisladores, ahora son los antilegisladores de esta República, porque no crean leyes, sino que las destruyen (…). Yo los acuso porque jamás, a lo largo de este juicio, intentaron acercarse a la verdad, sino meramente al poder”.
Agregó que han intentado destruir la credibilidad de la democracia misma y distorsionar el verdadero sentido de lo político, que debería entenderse como el servicio al ciudadano: “Yo los acuso de haber renunciado a lo que debería ser el objetivo principal de este hemiciclo, que es la búsqueda incesante del bienestar de la ciudadanía”. Precisamente, el Jefe de Estado cuestionó que un juicio infundado como este no soluciona los problemas de la ciudadanía: “Estos meses perdidos en peleas improductivas, investigaciones despistadas, y acusaciones infundadas, ¿en qué sentido mejoran las vidas de los ciudadanos?”.
Una de las principales preocupaciones de la población es la estabilidad. Al respecto, el Jefe de Estado reflexionó que esta se ha robustecido mediante acciones emprendidas por el Gobierno como la entrega de créditos para los emprendedores; la recuperación de la estabilidad fiscal; el aumento del salario básico y la creación de empleo; la reactivación económica pospandemia; el crecimiento económico mediante una importante agenda comercial; la política ambiental más ambiciosa de la historia del país; entre otras.
Otro asunto de alto interés en los ecuatorianos es la seguridad. En este aspecto reprochó que ha sido llamado a juicio, mientras su gobierno emprende la guerra frontal contra el narcotráfico y crimen organizado, la lucha contra organizaciones declaradas por primera vez en la historia del país como terroristas. “¿Acaso lo más sensato no sería apoyar al gobierno en una lucha que requiere de la máxima unidad?”.
El Jefe de Estado insistió en la necesidad de trabajar para atender estas exigencias: “Todos debemos rectificar, Gobierno y Asamblea. Pero ese cambio será mucho más profundo y eficaz si lo hacemos en unidad de propósitos, en el mismo sentido, motivados por las mismas energías y el mismo proyecto de país”.
Guillermo Lasso concluyó haciendo un llamado final a los legisladores: “Ustedes simplemente no pueden permitir que se cometa una ilegalidad. Ustedes deben proteger, preservar, defender la legalidad democrática y luchar para levantar, sobre ella, una verdadera unidad de propósitos”.